Los servicios de agua potable rural abastecen a más de 2 millones de personas. Ahora, las comunidades de la gestión deberán prepararse para las exigencias de la ley que se promulgará en 2019.
Desde la década de los ’60 que en Chile operan de manera exitosa los servicios de agua potable y saneamiento rural. Y es que en la actualidad, estas organizaciones comunitarias, constituidas como cooperativas o comités, abastecen a más de 2 millones de personas del sector rural del país.
De hecho, el presidente de la Federación Nacional de Cooperativas de Servicios Sanitarios – FESAN, Guillermo Saavedra, destaca que el programa desarrollado en el territorio es valorado a nivel internacional, y que incluso “quiere ser replicado por otros países de Latinoamérica”.
Pero ahora el sector enfrentará uno de los desafíos más claves en su historia cuando a comienzos de 2019 entre en vigencia la Ley de Servicios Sanitarios Rurales, normativa que le entregará más obligaciones a las comunidades de agua potable, que incluyen promover el saneamiento rural y asegurar la sostenibilidad.
Nuevos desafíos
Si bien Saavedra destaca que la nueva ley permitirá “institucionalizar el desarrollo de los servicios y formalizar el apoyo del Estado”, por otro lado trae consigo una serie de exigencias, que hacen necesario capacitar a los integrantes de las comunidades.
En ese sentido, considera que el Estado debiese acompañar estos procesos. “Sin duda deben acompañar a los servicios en el financiamiento de infraestructura, pero también con programas de capacitación que entreguen resultados medibles”, asevera.
FESAN
Sobre el aporte de FESAN, Saavedra dice que la federación se creó en 2008, luego de que el Banco Mundial alentara la formación de agrupaciones que tuviera en su seno a cooperativas exitosas de agua potable rural.
De esta manera, hoy FESAN agrupa a 7 socios que en su accionar representan a más de 110 mil personas que funcionan en áreas donde se desarrolla el agua potable y saneamiento rural. ”Nuestra federación está enfocada básicamente en fortalecer las capacidades de gestión de las cooperativas”, indica el presidente de la federación.
Asimismo, FESAN cuenta con un Programa de Capacitación en Agua y Saneamiento Rural (PNFP), que busca precisamente fortalecer la capacidad de gestión de las organizaciones comunitarias, preservando fundamentalmente su carácter social y participativo.