Nota de El Mercurio prensa escrita – domingo 2 de junio de 2019, Sección (B)
Por Azucena González
En un contexto mucho más desafiante —con nuevas regulaciones, riesgos reputacionales y disrupción tecnológica—, los directores se organizaron. Bajo el nombre de Círculo de Directores, crearon una instancia que busca ser un espacio colectivo formal de pares, donde puedan debatir problemáticas comunes, independiente de las empresas a las que pertenecen. Quieren que represente la visión de los directores hacia el mercado y el regulador en materias de gobierno corporativo.
Sus miembros fundadores son más de 40 altos directivos de empresas de Chile, pero el objetivo que se han trazado es que sea abierto a todos los directores de las cien firmas más importantes del país, las 80 IGPA, y una veintena de firmas cerradas y estatales de relevancia.
Se trata del Círculo de Directores (CD), una nueva entidad que este martes verá la luz de forma pública. La instancia —apoyada por el Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad del ESE Business School, de la Universidad de los Andes, que dirige Alfredo Enrione— surgió tras reuniones y conversaciones sostenidas entre diversos directores de empresas sobre la necesidad de tener un espacio formal, una agrupación o plataforma, que sea la voz que represente a los directores hacia el mercado, independiente de las empresas que los eligieron, y que pueda ser un interlocutor técnico reconocido para el regulador, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), con quien discutir temas de gobierno corporativo.
Experiencias de este tipo hay en otros países, como el Instituto de Consejeros – Administradores, en España, el Institute of Corporate Directors (ICD), de Canadá; o el National Association of Corporate Directors (NACD), de Estados Unidos.
Entre los fundadores, figuran destacados directores de empresas (ver foto), que representan a distintos mundos. Hay vinculados a controladores, como Juan José Cueto o Paola Cúneo; personas de confianza y cercanos a los controladores, como Luis Felipe Gazitúa; del mundo independiente, como Vivianne Blanlot, Luz Granier o Anita Holuigue; y de las empresas públicas, como Loreto Silva, por nombrar ejemplos.
‘Esto no es una asociación gremial de directores, sino un círculo que lo que intentará es generar una mejora continua del gobierno corporativo. Poder acoger mejores prácticas y hacer estudios, con el fin de mejorar el rol de director. Esto es independiente de las empresas en que uno es director. No es una organización jerárquica, es un espacio de intercambio de ideas y visiones entre pares. Somos todos directores. Lo que nos convoca es mejorar la actuación profesional, perfeccionarnos’, resume Lionel Olavarría, director de BCI y miembro del equipo fundador.
Luz Granier enfatiza en que ‘hay necesidad de abordar temáticas que no guardan relación con las empresas específicas en que cada quien se desempeñe, sino que son comunes y globales: regulaciones, gobiernos corporativos, leyes que están surgiendo’, dice.
Alfredo Enrione explica que el propósito de este círculo es cubrir tres objetivos: generar un lugar donde puedan intercambiar ideas, preocupaciones, experiencias, buenas prácticas; poder formarse y actualizarse, y que sea un espacio colectivo que represente la visión de los directores hacia el mercado.
Si hay algo que tienen claro en el mundo en que se desenvuelven, es que hay un contexto mucho más desafiante para las empresas y la labor directiva: riesgos reputacionales; disrupción tecnológica, que está cambiando la forma de hacer negocios en muchas industrias; cambios regulatorios y nuevas leyes, que están significando cada vez más responsabilidades a las mesas directivas. Esto se traduce en mucha más carga de trabajo y más responsabilidades personales.
‘Todos sabemos que el tiempo que hay que dedicarle al tema regulatorio sobrepasa lo que sería razonable, en detrimento de temas estratégicos. Todo este tema de la responsabilidad penal corporativa. Definitivamente, la responsabilidad personal es muy alta, especialmente si la empresa cotiza en bolsa’, agrega Olavarría.
‘Valoro que se genere un espacio de directores conformado por directores. Tenemos regulaciones más exigentes y es necesario que nos capacitemos permanentemente’, agrega Luz Granier.
‘Me pareció una buena instancia de formación continua. Es valioso que seamos los propios directores quienes definamos lo que se necesita, y que este círculo se haga responsable de que se entreguen estos contenidos: medioambientales, transformación digital, ciberseguridad. Los grandes temas’, explica Paola Cúneo. La directora de Falabella deja en claro que esto no significa que antes los directorios no fueran preocupados o responsables, pero que sin duda ‘el mundo de hoy es más difícil, todo es más rápido, las exigencias son mayores, hay muchas cosas nuevas a cada rato. Exige un dinamismo distinto’.
Estudios y cursos
El Círculo de Directores está en una etapa de arranque. El 11 de abril ocurrió la reunión fundacional, y en el corto plazo elegirán una dirigencia. En términos de acciones concretas, para pasado mañana ya tienen agendado un seminario en el ESE, en que debutan, y luego desplegarán su agenda. Desde ya, trabajan en una investigación sobre los procesos de sucesión de los CEO, cuyos resultados estarán en el segundo semestre.
Otro objetivo que tienen trazado es generar foros de entre 12 y 15 directores —de sectores no competitivos y sin conflicto de interés—, para el intercambio de buenas prácticas. Organizarán círculos temáticos, para abordar materias como familias empresarias, diversidad e inclusión. Y también desplegarán cursos de formación, con el apoyo del ESE, sobre temáticas de coyuntura, como transformación digital, comités de auditoría y comités de directores.
Para Enrione hay desafíos en varios frentes. Por un lado, efervescencia del cambio tecnológico y transformación digital, que está trayendo modelos de negocios, competidores y patrones de consumo distintos. Un entorno y regulación en que ‘hay una preocupación histórica, no resuelta, respecto de dónde empieza y dónde termina la responsabilidad de los directores. El límite es potencialmente infinito, hay muchas incertidumbres’, explica. Y, por otro lado, los nuevos temas que imponen los stakeholders, medioambiente, comunidades. ‘Cómo, desde el directorio, uno es capaz de tener un buen diagnóstico y ponerlos en los modelos de negocios’, resume.
Horst Paulmann, el director con más antigüedad: lleva en su cargo 40,5 años
Duración de los directores en sus cargos empresas SPCLxIPSA —el indicador que reemplazó al histórico Ipsa—, se denomina un estudio hecho por el Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad del ESE Business School, el que recoge datos ya terminado el recambio producido en las últimas juntas de accionistas de abril.
¿Quiénes son los directores con mayor antigüedad en el cargo?
El número 1 indiscutido es Horst Paulmann (Cencosud), con 40,5 años en el puesto. Le sigue en la lista Andrónico Luksic (CCU), con 32,5 años; Luis Enrique Yarur (BCI), 27,42 años; Mariano Fontecilla (Viña Concha y Toro), 24 años; y Francisco Silva (Security), con 23 años.
Los datos del análisis muestran que al 31 de mayo de este año, el promedio de duración de los directores en el IPSA era de 6,1 años, es decir, dos períodos. El 38,7% de la muestra lleva menos de tres años, y el 13,3%, 12 años en el cargo. Los hombres duran en promedio 6,3 años y las mujeres 3,9 años. Los chilenos duran 6,81 años y los extranjeros 2,72 años. Con este resultado, el estudio
evidencia que tanto ellas como los extranjeros se encuentran poco representados, y están pocos períodos.
Además, Alfredo Enrione llama la atención sobre otro punto, que apunta a la tendencia de las AFP a optar por no escoger por más de dos períodos a los directores, es decir, no más de seis años.
‘Cuando mira los estudios internacionales, se encuentra con una paradoja. Aparentemente, mientras más tiempo es mejor, pero no infinito. Según las investigaciones, al menos en Estados Unidos pareciera que los directores llegan a su peak de valor a los nueve años’, plantea Enrione. ‘No me atrevería a tener una fórmula mágica. Pero recién en el segundo período es cuando se empieza a tener la capacidad de meterse en cuestiones realmente de fondo, tienen una credibilidad interna que permite movilizar opiniones, y una relación con la administración en la que uno ha generado confianza. Yo me temo que muchos directores independientes elegidos por las AFP recién cuando empiezan a alcanzar ese grado de mayor impacto es cuando los cambian’, reflexiona.
Ver nota en www.circulodedirectores.org